Un finde en el Priorat

¡Hoy toca viernes de escapada! Os llevo conmigo a un lugar increíble en el que me encanta perderme y desconectar. 

Estoy segura de que recordáis algunas de mis stories en el Hotel Terra Dominicata y del mágico pueblecito de Siurana. Y es que, a Valan y a mi nos encanta escaparnos siempre que podemos al Priorat, uno de los lugares más románticos y con más encanto que he visitado. Un lugar en el que no tienes que preocuparte por nada más que no sea relajarte, disfrutar del momento, del paisaje y sobretodo, tomarte un buen vino.

La comarca del Priorat se encuentra en Tarragona y es un lugar imprescindible para todos los amantes del vino. El paisaje es increíble, imaginad valles, montañas y pequeños viñedos allá donde mires.

Debido al clima, seco y muy caluroso en verano y frío en invierno, y a la dificultad del terreno, valles y montañas muy rocosas, la producción de vino es muy pequeñita y eso hace que el vino de la zona sea todavía más especial. La cosecha se cuida con muchísimo mimo y siguiendo procesos completamente manuales se elaboran los vinos del Priorat, que cuentan con Denominación de Origen (DOC). 

El viernes nada más llegar, dejamos nuestras maletas en el Hotel Terra Dominicata y cogimos coche para ir a cenar a Falset, a cenar al restaurante Brichs. Valan y yo pedimos el menú degustación, no sabíamos que elegir así que decidimos probar un poco de todo. No nos defraudamos, estaba todo riquísimo, lo recomiendo mucho.

No pudimos evitar reírnos a carcajadas cuando de repente vemos a María y Albert entrando por la puerta del Brichs, parece que el #ffiteam no descansa tampoco los fines de semana jajaja 

El sábado lo empezamos con un buen directo en la piscina del Terra Dominicata, que intenso pero como me gusta empezar un sábado entrenando. Por cierto, si quieres recordar y repetir el entreno, haz click aquí.

Nos relajamos un rato en las tumbonas de la pisci del hotel, y con la brisa y los pajaritos de fondo casi nos quedamos fritos. Pero no, teníamos ganas de pasear, nos vestimos y nos fuimos paseando entre los viñedos desde el hotel hasta Escaladei, comimos en ‘El rebost d’escaladei’, ahora no recuerdo por cuando pero diría que unos 20 euros por persona un menú super completo con un buen vino. Volvimos al hotel haciendo S entre los viñedos y caímos rendidos en la cama. 

Después de un merecido descanso decidimos vestirnos y poner rumbo hacia Siurana, un pueblecito de casitas de piedra y acantilados infinitos. Ya conocemos Siurana, pero es que siempre que vamos nos parece aún más increíble. Así que apúntatelo como un ‘must’. El lugar ideal para los amantes de la escalada y el sitio perfecto para ver la puesta de sol. Enserio, increíble, parece que de repente estés en el Cañón del Colorado ¡¡pero no!!, sigues en España jajaja.


Acabamos el sábado por todo lo alto cenando en el Hotel, de verdad, está exquisito, os recomiendo que si vais por la zona, aunque no estéis hospedados en el Terra Dominicata paséis a comer o a cenar. No puedo deciros que plato fue el que más me gustó porque no podría quedarme solo con uno y además cambian de carta en cada temporada. Pero vamos, que el canelón de calabacín es la repera…

Un plan que no hicimos en esta ocasión fue una cata de vinos. María me recomendó una que según me iba explicando me iba teletransportando ahí. La próxima vez la haremos sí o sí. (Valan y yo hicimos una vez la de Terra Dominicata y la recomendamos, el vino es exquisito, nos compramos como 8 botellas. Ah y aceite). 

Es la cata de vinos de Clos Mogador con Josep Palet de guía. Según me contó, Josep Palet es de esas personas que contagian su pasión mientras hablan, de esas que ponen emoción a las anécdotas y no puedes parar de sonreír mientras escuchas.

Imaginad una furgoneta Mitsubishi de los años setenta de color verde botella, recorriendo con las ventanas bajadas todos los viñedos de la zona. Parando para observar, oler y tocar plantas y flores para despertar poco a poco todos nuestros sentidos. Contándonos la historia del Priorat y anécdotas de los cinco magníficos: René Barbier, Daphne Glorian-Solomon, Álvaro Palacios, José Luis Pérez y Carlos Pastrana, el quinteto que revolucionó el vino catalán a principios de los años 80.

Una vez acabada la visita de campo, toca visitar la bodega de Clos Mogador, la de René Barbier, y al finalizar la visita, ¡empieza la cata!

El domingo, aprovechamos el día en el hotel. Un buen plan es comer ya de camino a casa en La Boella. Y volvimos a casa, a Barcelona con las pilas muy muy cargadas para afrontar la semana con muchísima energía.

Es una escapada que os recomiendo por completo, es imposible no desconectar entre tanta naturaleza y paz.

Os dejo algunas recomendaciones por si os animáis.

Hoteles de la zona:

  • Terra Dominicata
  • Trossos del priorat
  • Mas Mariassa

Restaurantes:

  • Brichs, Falset
  • Restaurante del Terra Dominicata
  • Clos Figueres, Gratallops
  • Els amics de Gratapolls. No encontramos mesa pero dicen que está buenísimo.
  • Quinoa
  • Els cellers Coca 
  • Restaurante del Mas Mariassa

Pueblecitos:

  • Siurana
  • Falset
  • Gratallops

Bodegas:

  • Coca i Fitó
  • Terra Dominicata 
  • Clos Mogador
  • Clos Galena 

Espero haber logrado trasladar un pedacito de la felicidad que sentí al disfrutar de ese fin de semana en el Priorat. Si tenéis recomendaciones, ¡compartidlas en comentarios, me encantará leerlas!

Un beso virtual, 

Coco.